¿Es malo reutilizar los recipientes de plástico para almacenar alimentos? ¿Es perjudicial usar la bolsa sellada dos veces? La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) explicó esto en detalle y le recordó esta práctica en la cocina.
Antes de conocer el motivo, debe conocer la diferencia entre envase y embalaje. El primero es el empaque que está en contacto directo con el contenido del producto. Desde una bolsa de galletas, una botella de vino hasta un frasco de yogur, puede ser cualquier cosa. La función principal del envase es proporcionar una introducción a la venta, almacenamiento y manipulación segura del producto. El empaque es la exhibición comercial del producto. Y asegúrese de que no se dañe durante el transporte, ni entre en contacto con el mundo exterior para mantenerlo fresco y limpio.
Según Profeco, estos envases son de un solo uso, por lo que cuando se reutilizan (especialmente los envases de plástico), pueden deteriorarse. En el caso especial de los alimentos, se convierte en la entrada de bacterias. Es mejor almacenar los alimentos en recipientes hechos especialmente para ello y utilizar recipientes de plástico para almacenar objetos o utilizarlos de forma más adecuada. Cabe señalar que en el recipiente, está equipado con un vaso o tenedor, lo que significa que el material es apto para su uso con alimentos.
En la publicación "Consumer Magazine" se explica que la reutilización de bolsas selladas dependerá de los alimentos almacenados. Es decir, si es bocadillo, bizcocho o fruta, se puede reutilizar. Por supuesto, siempre y cuando los limpies por completo. Cabe señalar que se deben seguir las instrucciones de limpieza, ya que afectar a los plásticos aumenta la posibilidad de activar químicos en los plásticos y afectar a los alimentos. Además, debes asegurarte de que estén completamente secos para evitar el moho.
¿Cuándo no deberían reutilizarse? Según Profeco, al almacenar carne o pescado, ya no se deben utilizar. ¿por qué? Porque corre el riesgo de estar expuesto a contaminación cruzada como bacterias, virus y parásitos. Lo mismo ocurre con los alimentos grasos o los alimentos cuyos residuos no se pueden eliminar por completo.