El departamento de protección ambiental presentó ante la empresa dos denuncias por manejo inadecuado y abandono de residuos COVID-19. De acuerdo con los estándares oficiales, una empresa contratada por un hospital o gobierno debe cubrir diversas regulaciones.
La epidemia de coronavirus ha traído un aumento de los desechos infecciosos, desde gasas y mascarillas hasta jeringas y líquidos, lo que puede poner en riesgo a las personas en contacto con ellos. Desde el brote, hasta el 8 de junio, al menos 7,5 toneladas de basura COVID-19 en el país han sido descartadas o mal manejadas.
Estos residuos forman parte de los residuos peligrosos biológicamente infecciosos (RPBI) producidos principalmente por hospitales y laboratorios. Según datos de la Agencia Federal de Protección Ambiental (Profepa) consultados por Animal Político, las 7,5 toneladas se ubican en dos localidades.
Los desechos patológicos incluyen la mayoría de los desechos generados por los hospitales durante la CO y la epidemia de COVID-19, porque incluyen contenedores que contienen sangre, todos los materiales curativos y fluidos corporales; material.
De acuerdo con la normativa oficial, las empresas contratadas por hospitales o gobiernos deben cumplir con las siguientes normativas: identificación, empaque, almacenamiento temporal, recolección y transporte externo, procesamiento y disposición final.
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